Hotel cálido y familiar, ocupa un edificio catalogado dentro del conjunto histórico-artístico compostelano, a tan sólo 150 metros de la Catedral, a escasos pasos de la Alameda de Santiago, en una zona con una reciente intervención que humaniza el entorno arquitectónico con espacios peatonales y terrazas para ver pasar turistas y peregrinos de todas las nacionalidades.